Cinco sentidos de dos mujeres solidarias es la reflexión de la mamá de una alumna del Centro de Danza de Predanza II, nuestra querida Paula Cañada. ¡Muchas gracias Nayra por querer compartir tu reflexión con nosotros!
Descubrí APROSU de la mano de Nayra Navarro, madre de una alumna. Me parece increíble la labor social que hacen y el poco reconocimiento que tienen. Realmente creo que asociaciones de esta índole deberían estar más valoradas, así como apoyadas. Por mi parte, estoy dispuesta a aportar mi granito de arena. Como consecuencia de ello, este post.
Me reuní con su directora, Carmen Delia Arencibia, me informó sobre el centro y las inquietudes de su trabajo y pedí a Nayra que me pasase información de la asociación. Mi sorpresa fue leer este artículo que transmite tantos sentimientos. Por eso, decidí publicarlo tal y como lo ha escrito ella, en vez de hacerlo yo con su información. ¡Gracias Nayra!
Nayra Navarro
El pasado mes de diciembre tuve el gran placer de poder disfrutar, en calidad de madre de una dálmata y de espectadora, del gran espectáculo de Sandra Santa Cruz. Una vez más, pasé dos horas mágicas y muy especiales. Pero al llegar a casa, de pronto me vino un vacío, porque recordé todas las horas de ensayos que aquello había supuesto. Un vestuario precioso, muchísima ilusión y el gran esfuerzo de todo un año de trabajo, y en solamente dos horas ¡se había esfumado! Sentí pena porque sólo lo habíamos disfrutado unos pocos privilegiados. Después de ese día empecé a madurar una idea que en principio tuve reparo de contar a Sandra, porque era consciente de que ha sido un año de mucho trabajo para ella entre el espectáculo, las galas del Carnaval de Las Palmas de G.C. y el Día Mundial de la Danza. Pero mi idea me seguía pareciendo preciosa y me daba pena que pasara más tiempo y aquel espectáculo de diciembre se perdiera y quedara solamente en la memoria de quienes pudimos presenciarlo. Así que decidí transmitirle la idea y para gran satisfacción, ¡me dijo que podía contar con ella! Ahora puedo compartir con todos, lo que en estos momentos ya es una realidad y un proyecto precioso y totalmente altruista. Mi abuela Olga Bravo de Laguna Martínez es presidenta y fundadora de APROSU, Asociación Protectora de Personas con Discapacidad Intelectual de Las Palmas. Esta asociación fue constituida en 1962 por mis abuelos, ayudados por otras familias, que al igual que ellos tenían un hijo con una discapacidad intelectual, y que se resistían a enviarlos a la península a colegios especializados, ya que aquí no había ninguno. Actualmente la Asociación cuenta con 2 residencias y 3 pisos tutelados, y más de 100 chicos y chicas discapacitados, que pueden disfrutar de una mejor calidad de vida.
Mujeres solidarias
¿Por qué no unir el trabajo y esfuerzo de dos mujeres que han dado su vida por aquello en lo que creen y aman? Tanto Sandra como mi abuela, han dedicado sus vidas para hacer realidad su sueño, poquito a poco, y con gran esfuerzo, cada una en su campo, pero siempre con mucha pasión y cariño. Y ahora que todo ese trabajo ha dado su fruto, es maravilloso poder unirlo para disfrutar unos de otros. El baile despierta muchísimos sentidos y sentimientos, y qué mejor público que estos chicos, que a veces carecen desgraciadamente de alguno de ellos, pero que tienen su sentido musical a flor de piel…
Así que, en breve, los alumnos del Centro de Danza Sandra Santa Cruz volverán a bailar algunas de las coreografías del espectáculo en la Residencia Cristo de la Salud de APROSU. Además, el bailarín y gran amigo de Sandra, Nacho Quevedo, profesor de la Escuela Municipal de Danza de Telde, también ha querido sumarse al proyecto con la misma ilusión y aportar su granito de arena con alguna de sus coreografías representadas por su alumnado.
Tengo la corazonada de que va a ser una experiencia muy bonita e interesante para todos, cargada de emociones y nuevas sensaciones. Y una lección de vida para nuestras hijas, que a veces desconocen que existen personas que, aunque desgraciadamente sufren de una discapacidad, son personas maravillosas y especiales, y merece la pena luchar por ellas.
No quiero acabar sin darle las gracias de todo corazón a Sandra por haber aceptado este proyecto tan importante para mí, porque sé que está agotada después de este curso tan ajetreado, pero que aún así, y sin dudarlo, ha querido aportar su arte y su trabajo para que los chicos disfruten. A su marido Carlos, que con su simpatía esta siempre dispuesto para ayudar en todo. Y por supuesto a Nacho Quevedo por implicarse también de forma voluntaria y sin conocerme de nada, ni a mí, ni a APROSU. Es todo un placer conocer personas así de generosas con los demás, y dejar en sus manos una pequeña parte de la educación de mi hija.
Nayra, por muy cansada que estuviese, cómo no iba entender unos sentimientos tan puros. ¡Será un placer compartir lo que tanto amo con personas tan especiales!