Relaciones rotas… ¡uf! Imagino que no debe ser plato de buen gusto y que todos lo pasan mal. Antes de empezar aclaro que, no pretendo decirle a nadie lo que tiene que hacer o cómo debe vivir su vida, simplemente deseo hacerles reflexionar sobre «sus propios hijos».
Hay lazos que no deberían romperse pues hablamos de quienes carecen de autoridad y autonomía para valerse por sí mismos. Las separaciones no tendrían porque variar los vínculos entre padres e hijos, es más en este duro trance necesitan más que nunca sentirse apoyados.
Es lógico que cuando se rompe una pareja cada uno quiera rehacer su vida y las situaciones a veces son complicadas pues dependen de múltiples factores. Sin embargo, los adultos deberían intentar que esto afecte lo menos posible a los menores que están a su cargo.
“El o la ex…» podrá ser lo que sea y haberse comportado fatal contigo, pero… ¿acaso tienen culpa tus propios retoños? Encima que lo están pasando bastante mal, ¿van a infringirle más dolor viendo como sus padres se despedazan entre ellos?
Aunque parezca que están en su “mundo”, los niños se dan cuenta de todo y son conscientes de las situaciones que hay en su casa.

Por amor
Pido a los padres por el bien de sus hijos (y a todos en general), que antes de criticar a «los ex-» midan sus palabras si están los peques presentes. A nadie le gusta oír cosas negativas de sus progenitores y menos a los menores que suelen idolatrar a los suyos. Ruego que les transmitan que siguen siendo prioridad en sus vidas, independientemente de las relaciones que guarden con su ex-pareja.
Por favor ¡no rompan gratuitamente su mundo! Y menos, cuando es por falta de reflexión o por un enfado tonto que al final terminará pasando. ¡No se caigan del pedestal donde los han colocado sus enanillos!, ¡sigan siendo sus ídolos! porque ahora más que nunca ¡¡ellos los necesitan!!
Comentarios de “no sé con quién me tocará hoy”, “lo siento, me dejé el uniforme en la casa de papá o de mamá porque anoche cambiaron de planes y dormí en la otra casa” o “no me van a traer más porque ya no se ponen de acuerdo”, de verdad, se me parte el alma, sus voces y sus caritas… les aseguro que aunque tengan tres años, saben cuando existe una relación cordial entre progenitores.
Y por si esto fuera poco, hay casos donde se añade el agravante de que los menores tienen patologías que están corrigiendo con el trabajo de reeducación que realizamos en el Centro. Así que además de infringirles un daño emocional, están perjudicando físicamente el desarrollo de sus niños.
Cuando se rompe una relación no se puede emplear a los peques para hacer daño a la ex-pareja o utilizarlos con motivos económicos, realmente, de quien están abusando es de los más indefensos ¡de esas personitas que tanto quieren!
Relaciones con los hijos
Si con este post hago que algún adulto deje de pensar en sí mismo, “porque tiene derecho a rehacer su vida y ser feliz” y recuerde que en ese derecho va implícita “la felicidad y el equilibrio de sus retoños”, me sentiré feliz por haber aportado mi granito de arena.
Les aseguro que no juzgo a nadie, ¡nada más lejos de mi intención! Si alguien se da por aludido será sólo porque se ve reflejado en mis palabras… Con todo mi cariño, sólo quiero ¡ayudar a mis alumnos! y que sientan que los valores de comprensión y respecto que compartimos en el Centro, forman parte también de sus vidas.