La Nasa prepara para el año 2020, la primera misión a Marte. Para facilitar la supervivencia de la tripulación, se está desarrollando una tecnología de nanorobots, que inyectados en sangre son capaces de detectar y destruir enfermedades como el cáncer o la osteoporosis.
Parte de la complejidad del programa espacial es el grave problema que supone la descalcificación ósea. La pérdida de masa ósea al abandonar la gravedad terrestre es del 1% al mes. Teniendo en cuenta que tardarán 9 meses en llegar, simplemente en el trayecto habrá un detrimento del 18%, más el tiempo necesario en realizar el proyecto.
A esto se une el deterioro muscular por falta de ejercicio. El ATP es el generador del combustible del cuerpo humano, se crea en el interior de las células de los músculos, pero depende de que exista movimiento.
Como solución ha nacido la Nanociencia, la cual trabaja desde el mundo microscópico de las células. Se pretende con ello que las enfermedades se solucionen antes de que aparezcan. Están investigando en nanorobots, los cuales controlarían la salud de los astronautas las 24 horas al día. Actualmente se explora en varios campos; la retina artificial podría hacer que los ciegos pudiesen ver, así como las personas con sordera abandonarán sus audífonos.
Las células están constantemente dividiéndose y multiplicándose; una pequeña variación en una de ellas, empezará a reproducir células de “mala calidad”. El sistema inmunológico no ataca a las células cancerígenas porque es nuestro propio cuerpo quien las fabrica. La solución sería encontrar la célula maligna en el inicio de la división celular y atacarla, evitando así su desarrollo.
La Nanotecnología con fines médicos suena a ciencia ficción. Imaginemos una caja de manzanas donde una está podrida. La nanotecnología sería capaz de entrar dentro de la caja, localizarla y eliminarla sin dañar al resto. En el 2020 empezarán a producirse algunos de estos cambios, aunque sólo serán visibles con microscopios superpotentes.
La ingeniería genética podría ser la respuesta a nuestra salud. Incluso cambiar nuestra apariencia física ya que frenará el envejecimiento. Los nanorobots cambiarán el mundo que hoy conocemos.
Si los nanomúsculos esos, hiper flexibles a la par que súper potentes se compran, yo me pido uno! 😉
Jeje, no serías la única Lorena!. Es más, si los nanomúsculos se vendieran quien consiguiese la patente podría retirarse…. y también lo harían sus descendientes…
Me ha encanto el artículo, la verdad. Yo ya sabía algo de Nanotecnología, pero no pensaba que estuviera tan avanzado el tema. Lo que si es verdad es que en danza, uno de los grandes problemas, es lo corta que es la vida profesional de una bailarina o bailarín. Lo que me dice este tipo de avances, es lo mucho que puede mejorar para que la gente que se lesione y no pueda seguir con su deseo de bailar, pueda a lo mejor, con nano-ayuda, retomar su carrera truncada. Eso si que merecería la pena verlo… Me imagino Sandra, que si te permitieran seguir bailando hasta bien llegados a los 60, con calidad y fuerza, no serías de las que dijeras que no. Verdad?
Imaginas muy bien Marcos!!
El objetivo de la nanociencia es «evitar» la enfermedad antes de que se produzca, por lo tanto va más allá de la medicina convercional que «repara» al enfermo. Una de las conclusiones a la que se ha llegado es que el proceso de envejecimiento se terminará alterando, por lo tanto probablemente al final seguro que en algo repercutirá… Realmente como dices, merecería la pena poder verlo…
Me parece alucinante como los avances tecnológicos revolucionan nuestro mundo cuando aún desconocemos partes vitales del cuerpo humano, como es el funcionamiento del cerebro. Afortunadamente, la nanociencia da un paso más allá y viene cargado de nuevos avances que, por lo que veo, mejorará nuesta salud y calidad de vida. ¿ A quién no le gustaría llegar a los 90 años con la fuerza que tenía con 40? ¿Tener piernas y brazos fuertes que le permitan terminar su vida decentemente, y disfrutando de ella hasta el final?Me gustaría llegar a verlo.
Llevándolo un poco al mundo de la danza, y en clave de «ja» diré que dentro de algún tiempo no habrá problemas cuando una alumna no tenga un pie bonito o una cadera lo suficientemente abierta, pues esta «nanorevolución» permitirá mejorar en todos los sentidos sin correr el riesgo de no poder seguir bailando ¿se imaginan?
Pero claro, tampoco hay que olvidar que la danza es tan mágica porque no está al alcance de todos, y esa facilidad para corregir fallos anatómicos y convertir a cualquiera en un «cuerpo perfecto para bailar» quizá, la vanalice, y eso, sin duda, sería una pena.
Tienes toda la razón Miriam, la ciencia avanza a pasos agigantados… y lo que queda aún por descubrirse!!
En tono de humor lo que nos gustaría a los bailarines es que encontrasen un nanomúsculo más flexible pero super potente para realizar los giros y los saltos sin que costasen trabajo… ojalá fuese posible! Y si en un futuro lo es, dudo que nosotras lo veamos.
Es cierto que la danza es idolatrada por requerir «condiciones físicas» que no están al alcance de todos, no obstante, para mí su magia radica en la emoción que sentimos al ver bailar a determinados bailarines y el diálogo que fluye con la expresión de su cuerpo, dificilmente creo que eso pueda ser patentado!!
sin palabras!
Me pareció tan increible que necesitaba compartirlo. Pusieron un reportaje en TVE 2, el miércoles 27 de abril titulado «Un viaje alucinante. Microrobots». Llevo intentando hallarlo desde esa fecha aunque no he podido localizarlo, además de documentarme para escribir el artículo. Si lo encuentro lo publicaré, realmente fue «alucinante».