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Nada será igual para Bruce Springsteen y los miembros de la E Street Band a partir de ahora. El 18 de junio de 2011 Clarence Clemons, The Big Man dijo adiós. Tal vez el saxofonista más ilustre de una banda de rock. El tipo corpulento al que aconsejaron en la universidad dedicarse al fútbol americano, el de la amplia sonrisa, el de las bromas con El Boss, quien dio un aire nuevo a la banda.
Según la leyenda, conoció a Springsteen y a Steve Van Zandt, guitarrista de la banda, una noche lluviosa en la que Clemons apareció entre la niebla vestido de traje blanco y con saxo. Aunque él sólo quería tocar con ellos, ambos pensaron que iba a robarles.
Springsteen, amante del soul y del rock de los cincuenta, vio la oportunidad de ampliar su espectro sonoro. A partir de entonces, comenzó una relación mágica entre ambos que fue más allá del escenario.
Paralelamente en 1983, el saxofonista inició su carrera en solitario en la que mostró su amor por el soul y el funk, aunque apenas tuvo repercusión.
Colaboró con artistas de la talla de Aretha Franklin, Jackson Browne, Ian Hunter o Lady Gaga entre otros.
El saxo era su verdadera pasión, pese a sus precarias condiciones de salud, no se perdió ni un concierto del grupo. Su última actuación tuvo lugar en diciembre de 2010 en Nueva Jersey.
Los solos de Clemons eran, para la gran mayoría, la seña de identidad del mejor rock de Springsteen.
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