«Hacer pipí como una bailarina», es el vídeo que he elegido para inaugurar una nueva categoría en el blog. Hoy estrenamos este rinconcito para poder introducirles dentro de nuestra escuela y que conozcan mejor nuestra filosofía Muchomasquedanza.

Llevamos bastante tiempo gestando esta idea y pensando cómo hacer esta categoría. Esperamos, que la acojan con cariño. La estrenaremos con este vídeo tan entrañable para mí, donde revelo un truco que pongo en práctica con mi alumnado menudo.

Llevo años usando este método porque me funciona fantásticamente bien. ¡Invito a los profesores a que lo prueben y nos dejen un comentario! Hace años, que a partir del 2º trimestre no se interrumpen nuestras clases por este motivo. A lo sumo, como en el vídeo, alguno de los pizquitos de Predanza I dice:

«Voy a hacer pipí como una bailarina o voy a hacer pipí como un bailarín».

Alumnado de Predanza

Lo cual es toda una hazaña pues significa que esperará a que acabe su clase para ir al baño. Nunca he negado a mi alumnado la posibilidad de ir al baño a mitad de clase, siempre les pregunto si es necesario o creen que pueden esperar… Prefiero que sean ellos mismos quienes decidan si es realmente imprescindible, para que den importancia al trabajo de clase.

Es maravilloso observar cómo madura tu alumnado y verlos asumir la normativa del Centro como parte de su evolución como bailarines. Cada vez que escucho voy a hacer pipí una bailarina, me sacan una sonrisa.

Desde las zapatillas de Sandra

Si te preguntas porqué este título tan peculiar para una categoría, te diré, que el nombre, es por nuestros valores. En nuestra escuela, danza, significa «compartir» y desde pequeñitos inculcamos que la suma del trabajo de todos es lo que hace que un espectáculo, ¡sea más grande! En una obra, es tan necesario un solista como el último del cuerpo de baile. No olviden que nuestro trabajo depende también de los tramoyistas, iluminadores y técnicos de sonido, etc… sin los cuales no se puede representar ninguna función.

Por otro lado, siempre disfrutarás mucho más compartiendo con tus compañeros logros, ilusiones, trabajo e incluso tus pertenencias, como el agua de tu botella, que aislándote solo en una burbuja; y aquí es de donde el título de esta categoría tiene su razón. Su elección es debida a la importancia de doy al hecho de compartir. Es conocido que los zapatos no deben prestarse, aún así, reconozco que en innumerables ocasiones he prestado mis zapatillas de media punta a compañeros y a alumnos. Ahora bien, lo que nunca debes prestar, bajo ningún concepto, son tus zapatillas de puntas. ¿Porqué?, te preguntarás.

El yeso de las zapatillas se amolda a tus pies y si se las prestas a otra persona, sobre todo, si sus pies tienen más fuerza que los tuyos, las moldeará a su anatomía y tú, ¡ya no estarás cómoda con tus propias zapatillas!

Seguro que en este momento entenderás porqué las zapatillas de puntas son tan especiales para una bailarina y porqué las cuidamos con tanto mimo. Algo tan personal y preciado es lo que queremos hacer en esta categoría. Nos proponemos compartir conocimientos, metodología, confidencias y algunas vivencias de nuestro Centro, como la que se refleja en este vídeo tan entrañable con alumnas de Predanza I.

Predanza I

He seleccionado este vídeo para inaugurar «desde las zapatillas de Sandra» en agradecimiento al amor que recibo de los más pequeñitos cada día y para enseñar un poquito de la dedicación que ponemos en las clases para ayudar a los alumnos en su crecimiento personal y la importancia que damos en explicarles el porqué de nuestra normativa.

Foto de una alumna de 3 años del Centro de Danza Sandra Santa Cruz  con su uniforme de danza, mall, medias, zapatillas y moño, sentada en la sala de baile con los pies cruzados una mano delante y otra detrás de las piernas y una enorme sonrisa tras explicar cómo hacen "Pipí las bailarinas" de Predanza I del Centro.
¡Gracias Alba, por poner en práctica nuestra filosofía!

Espero que sirva para ayudar al profesorado de danza a solucionar el problema del baño a mitad de las clases. Si tienen paciencia, en pocos meses oirán que los alumnos se dicen unos a otros que vayan al baño antes de entrar a clase, o que van a hacer «pipí como una bailarina o como un bailarín».